[2025-03-19]
ESTRATEGIA ESPAÑOLA DE DESARROLLO SOSTENIBLE 2030.
CONFEBUS aborda los retos país planteados en la Estrategia española de Desarrollo Sostenible, a saber: 1) Acabar con la pobreza y la desigualdad; 2) Hacer frente a la emergencia climática y ambiental; 3) Cerrar la brecha de la desigualdad de género y poner fin a la discriminación; 4) Superar las ineficiencias de un sistema económico excesivamente concentrado y dependiente; 5) Poner fin a la precariedad laboral; 6) Revertir la crisis de los servicios públicos; 7) Poner fin a la injusticia global y a las amenazas a los derechos humanos, los principios democráticos y a la sostenibilidad del planeta, y; 8) Revitalizar nuestro medio rural y afrontar el reto demográfico.
El transporte en autobús es fundamental para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en especial (pero no solo) con el nº 11 relativo a Ciudades y comunidades sostenibles, por tratarse del modo que mejor permite el ejercicio del derecho a la movilidad como condición básica para la calidad de vida de la ciudadanía, elemento fundamental para la libre circulación de personas, acceso a los servicios básicos del Estado del bienestar (educación, sanidad, trabajo), cohesión social y otros importantes objetivos de interés público general.
Para poder valor la Estrategia, hay que recordar que el autobús es el modo de transporte colectivo más utilizado en España y sirve para alcanzar buena parte de los objetivos establecidos en la misma. Sus servicios son indispensables para la movilidad de millones de personas, asegurando la conexión entre zonas urbanas y rurales, y facilitando el acceso a servicios esenciales como el empleo, la educación y la sanidad. Juega, por tanto, un papel fundamental como eje de cohesión territorial que asegura su relevancia estratégica en la economíay contribuye decisivamente a los objetivos movilidad sostenible, segura, conectada y asequible. Así, el autobús supone hoy en día el 60 % de los desplazamientos, en modos colectivos, de las personas en España y representa el mejor ejemplo presente y futuro de una movilidad responsable, sostenible y eficiente.
Gracias al transporte en autobús se garantiza el acceso universal a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y se mejora la seguridad vial, ampliando la red del transporte público y prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad. La decidida apuesta de las empresas del sector por la seguridad, la calidad, la formación y la mejora de los vehículos nos ha convertido en el modo de transporte por carretera más seguro y con menores externalidades negativas (emisiones GEI, ruido, congestión). El esfuerzo realizado por las empresas del sector (más de 5.000 millones de euros en la última década) hace que España cuente con la flota más moderna de autobuses de Europa, lo que se refleja en unos servicios de transporte con altos estándares de calidad y vehículos modernos, confortables, seguros y sostenibles equipados con las nuevas tecnologías. Asimismo, el compromiso del sector con el empleo se ve reflejado en un modelo social y de relaciones laborales que ha logrado aportar mayores niveles de empleo de calidad, mejoras retributivas, estabilidad laboral e impulsos cualitativos en el respeto de las normas que garantizan altas tasas de seguridad para los usuarios.
Cumplimiento de los retos país en la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030
El autobús contribuye a alcanzar el objetivo de acabar con la pobreza y la desigualdad(reto 1 de la Estrategia), así como a revitalizar nuestro medio rural y afrontar el reto demográfico (reto 8 de la Estrategia). Los sistemas de transporte son una herramienta muy poderosa para superar las privaciones, reducir las desigualdades y garantizar a las personas el acceso a los servicios esenciales. Ahí el autobús es un aliado clave que juega un papel fundamental en la vertebración territorial y en la cohesión social de nuestro país dada la dispersión de nuestro hábitat y nuestra complicada orografía, siendo el modo de transporte colectivo que más viajeros mueve en España gracias a su capilaridad, conexión diaria con más de 8.000 poblaciones españolas y su estrecha vinculación al turismo.
También resulta un modo clave para hacer frente a la emergencia climática y ambiental por su probado valor y eficacia medioambiental. En materia de medio ambiente, las externalidades negativas asociadas al transporte no corresponden al autobús pues tan solo representan el 0,2 % del total de vehículos en España, a pesar de ser que la mitad de los viajes en transporte colectivo interurbano se realizan en autobús en nuestro país. De hecho, el autobús tan solo representa el 0,46 % de las emisiones de CO2 procedentes del transporte. Por tanto, hablamos de uno de los sectores estratégicos para conseguir los objetivos de descarbonización puesto que reduce la congestión y ofrece una alternativa de movilidad sostenible, colectiva y segura que permite transportar a un mayor número de personas, así como mitiga las emisiones de gases contaminantes, como el dióxido de carbono, el óxido de nitrógeno y las partículas en suspensión. El autobús es el modo de transporte que menos gases de efecto invernadero genera, siendo 3,7 veces menos contaminante que el avión, 5,5 veces menos que el automóvil y un 13% menos que el tren. En términos de viajero-km, un pasajero de automóvil y de avión contaminan 2,4 veces más que uno de autobús. Todo ello sin olvidar que el autobús genera cuatro veces menos contaminación acústica que el vehículo particular en términos de pasajero-km. Para poder seguir abordando este reto de emergencia climática y ambiental, se precisan políticas de promoción del uso del transporte público, así como líneas de ayudas para el fomento a la incorporación de flotas sostenibles que, sobre la mesa de las mejores tecnologías disponibles, mejor permitan garantizar los servicios y en plazos apropiados.
El autobús también contribuye al objetivo de revertir la crisis de los servicios públicos(reto 6 de la Estrategia). La colaboración público-privada es una herramienta estratégica para las administraciones públicas a la hora de abordar los retos de la movilidad y los cambios sociales, medioambientales, tecnológicos y de innovación, apoyándose en la acreditada experiencia de los operadores privados de transporte en autobús para gestionar todo tipo de contratos con la máxima eficiencia y calidad.En el caso de España, la colaboración público-privada en el transporte de viajeros por carretera es un modelo de éxito, especialmente en los ámbitos interurbano y de servicios especiales, pero todavía debe reproducirse más en el transporte urbano de nuestro país. Cada vez habrá mas personas viviendo en las ciudades, por lo que sus necesidades de movilidad aumentarán. Ello requerirá más inversiones para abordar más demanda, desplegar costosas soluciones innovadoras en infraestructuras y tecnologías, así como cumplir con los retos políticos de carácter medioambiental. Habida cuenta del problema de déficit de las administraciones, solamente liberando recursos a través de la externalización de la gestión de los servicios públicos de movilidad se podrán conseguir cumplir los objetivos y responder a todos los retos y demandas de forma eficiente.
Pero ese éxito no implica que la prestación de servicios públicos en el sector del transporte de viajeros por carretera a través de la colaboración público-privada no tenga retos. Así, se precisa de un marco jurídico seguro y estable que facilite el desarrollo del modelo concesional y de contratación pública de la movilidad de las personas. Para ello se necesitan unos pliegos técnicos y administrativos que sean claros y atractivos, que apuesten por la mejor relación calidad-precio y que se cumplan por ambas partes, y suprimir los obstáculos normativos que constriñen la capacidad de adaptar las tarifas a la evolución real de los costes de las empresas.
La movilidad es un derecho ciudadano y su garantía es responsabilidad de las administraciones públicasa través del diseño de una red y sistema de transporte público colectivo en autobús que satisfaga las necesidades de la población y busque ante todo la rentabilidad social. La organización de estos servicios está condicionada por la distribución irregular de la población. Por ello, los mapas concesionales de todas las administraciones deben coordinarse y consensuarse. Además, no solo resulta importante que haya coordinación con mapas concesionales de las Comunidades Autónomas, sino también con otros modos.
Para todo ello se necesita reforzar el sistema de transporte público en nuestro país. Para lograr este objetivo, el sistema de transporte público en autobús precisa en España de una Ley de Financiación del Transporte Público que dote al mismo de un marco de financiación estable, perfectamente regulado y que no esté sometido a variaciones drásticas, con el objetivo de que las administraciones autonómicas y locales puedan planificar con garantías el futuro de sus redes de transporte colectivo. Se trata de mejorar la vida de los ciudadanos y permitir la optimización del modelo de colaboración público-privada que nos ha colocado a la vanguardia del transporte en Europa y en otros países del mundo.
Es importante establecer también medidas de apoyo al transporte público y la movilidad sostenible que nazcan desde la neutralidad modal y tecnológica, atendiendo a las necesidades reales de las personas. La política de movilidad debe ser integral, contemplando a todos los modos de transporte de manera conjunta y equilibrada con el objetivo de erradicar la pobreza del transporte abordando las necesidades más acuciantes de movilidad, que están en las zonas rurales y de menor tráfico y en zonas habitualmente periféricas de las grandes ciudades. Las redes de transporte en autobús son determinantes si realmente queremos acelerar el cambio modal hacia la movilidad sostenible. aqui...


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